La historia del anime, el género de animación de origen
japonés, comienza en la segunda década del siglo XX, con una serie de
cortometrajes similares a los encontrados en otros países, influenciados por
las obras de Disney en gran parte.
Algún tiempo tras la Segunda Guerra Mundial, empezaron a
surgir grandes compañías dedicadas tanto a las series televisivas como a los
largometrajes, entre las que destaca Toei.
Aunque muchas siguieron en activo en las últimas década del
siglo XX, y siguen al principio del siglo XXI, una serie de directores y
creadores de historias han alcanzado renombre propio en este género, bien por
obras de gran fama, como Katsuhiro Ōtomo con Akira o Akira Toriyama con Dragon
Ball, como por sus largas y premiadas trayectorias, como Hayao Miyazaki.
La animación japonesa comercial data desde 1917 con una
serie de cortometrajes similares a las producciones americanas, y desde
entonces la producción de obras de anime en Japón ha seguido aumentando de
manera constante.
El estilo de arte propio y característico del anime surgió
en 1960 con las obras de Osamu Tezuka y se extendió a nivel internacional a
finales del siglo XX, junto con el desarrollo de una audiencia nacional e
internacional.[cita requerida]
El anime en Japón ahora se distribuye en cines, en emisiones
televisivas directamente a los hogares, por canales de cable, DVD, Blu-ray y
masivamente a través de Internet para el resto del mundo; clasificándose en
numerosos géneros dirigidos a diversas audiencias generales y especializados.
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